Liderazgo

| LECTURA DE 3 MIN.

Construyendo el futuro: Las habilidades para generar nuevos mundos.

Escrito por Lorena Retamal

febrero 5, 2025

Speaker Internacional & Formadora & Coach Senior & Consultora & Docente Postgrado

Founder & Director Center for Cultural Transformation and Leadership

February 5, 2025

Los líderes de hoy tienen el desafío de equilibrar múltiples demandas, desde resolver problemas complejos hasta inspirar a sus equipos con una visión clara del futuro. Sin embargo, el mito del líder completo ha quedado atrás. El verdadero liderazgo radica en reconocer tanto fortalezas como limitaciones y rodearse de personas que complementen esas brechas. Bajo el modelo del MIT, el liderazgo se construye sobre cuatro capacidades esenciales. La visión permite articular un futuro inspirador que movilice a la organización. La inventiva transforma esa visión en acción, impulsando la innovación y el cambio. El relacionamiento fortalece la confianza y el trabajo colaborativo, asegurando que el liderazgo sea compartido y sostenible. Finalmente, el entendimiento permite analizar el contexto, identificar desafíos y tomar decisiones informadas.

Durante febrero, exploraremos estas cuatro capacidades en profundidad, brindando herramientas prácticas para potenciar el liderazgo en cualquier entorno. ¡Únete a esta conversación y descubre cómo convertirte en un líder más estratégico, innovador y conectado!En este artículo, descubriremos cómo la visión estratégica se convierte en el pilar central para tomar decisiones acertadas en este mundo BANI. Analizaremos la importancia de comprender el entorno y cómo la visión se integra con el propósito organizacional. Además, profundizaremos en cómo la visión puede alinear a los equipos y energizar a las personas para trabajar hacia objetivos comunes. A lo largo de esta reflexión, incorporaremos elementos clave de la obra The 7 Habits of Highly Effective People de Stephen R. Covey, así como estudios del MIT sobre liderazgo, haciendo énfasis en cómo una visión clara es esencial para tomar decisiones estratégicas en tiempos de incertidumbre.

Vivimos en un mundo BANI (Frágil, Ansioso, No lineal e Incierto), un entorno caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Este nuevo paradigma desafía a las organizaciones a adaptarse constantemente y tomar decisiones estratégicas que las mantengan competitivas y sostenibles. Estas decisiones no solo deben basarse en datos e información del momento, sino también en una comprensión profunda del entorno y, especialmente, en una visión clara de hacia dónde se quiere llegar. Esta visión no es una declaración inspiradora, sino una herramienta estratégica que guía a las organizaciones hacia el futuro, conectando a todos los miembros con un propósito común y generando el enfoque necesario para alcanzar los objetivos.

En este contexto, las organizaciones de hoy en día ya no funcionan bajo estructuras jerárquicas rígidas. Más bien, son interconectadas, diversas, globales y flexibles, lo que les permite adaptarse rápidamente a los cambios. Sin embargo, la flexibilidad y la capacidad de adaptación no son suficientes por sí solas. Para navegar eficazmente en este entorno tan dinámico, las organizaciones deben contar con una visión clara, que no solo defina hacia dónde se dirigen, sino también el propósito que las impulsa.

La visión: Un pilar fundamental de las decisiones estratégicas

La visión, entendida como la primera capacidad de liderazgo, se convierte en un elemento esencial para tomar decisiones estratégicas eficaces. Abordaremos cómo la visión se integra con el propósito organizacional y cómo se puede utilizar de manera efectiva para alinear a los equipos.

La visión es el proceso mediante el cual una organización define su futuro ideal y cómo alcanzarlo. Según Stephen R. Covey, «Comienza con el fin en mente», lo que implica que un líder efectivo debe tener una visión clara de lo que quiere lograr y un propósito bien definido que oriente sus decisiones. Sin esta claridad, las organizaciones pueden desviarse fácilmente de su camino y tomar decisiones basadas sólo en respuestas reactivas a los desafíos inmediatos, en lugar de avanzar hacia un objetivo a largo plazo.

Una visión sólida no solo debe indicar hacia dónde se dirige la organización, sino también para qué va en esa dirección. Esta conexión con un propósito mayor es lo que da significado a las actividades cotidianas y, en última instancia, a los resultados organizacionales. Como explica Covey, «Lo que importa no es solo lo que haces, sino para qué lo haces». Es esta comprensión profunda del propósito lo que permite a los líderes tomar decisiones estratégicas que no sólo resuelven problemas inmediatos, sino que también contribuyen al crecimiento sostenido y al legado a largo plazo de la organización.

En este sentido, tener una visión estratégica es más que una declaración abstracta; es una herramienta que impulsa la dirección de la organización. Y, para que esta visión sea efectiva, debe estar alineada con una comprensión profunda del entorno en el que opera la organización. El contexto económico, político, social y tecnológico influye directamente en las oportunidades y amenazas que enfrenta una organización. Por ello, es crucial tener un análisis continuo y actualizado del entorno, lo que permite ajustar la visión y las decisiones estratégicas a las nuevas realidades.

El Modelo de las Cuatro Capacidades del MIT y su relación con la visión

El Modelo de las Cuatro Capacidades del MIT proporciona un marco valioso para entender cómo los líderes pueden desarrollar un liderazgo efectivo y adaptativo: VISIÓN, INVENTIVA, RELACIONAMIENTO y ENTENDIMIENTO. Este modelo es especialmente relevante cuando se habla de la capacidad de tener una visión estratégica, que es la primera de las capacidades descritas en el marco.

El primer componente del modelo, Visión, enfatiza la importancia de crear una imagen cautivadora del futuro. No se trata solo de un objetivo alcanzable, sino de un futuro que inspire a todos los miembros de la organización. De acuerdo con el MIT, la capacidad de articular esta visión debe dar sentido y significado al trabajo de cada miembro del equipo, lo que se traduce en un alto nivel de compromiso y motivación.

El modelo subraya que los líderes deben ser capaces de responder a dos preguntas esenciales: ¿Hacia dónde vamos? y ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Estas preguntas no son simplemente ejercicios retóricos; constituyen el núcleo de la visión estratégica. Un líder debe ser capaz de enmarcar la visión dentro de los valores fundamentales de la organización y conectar las metas a largo plazo con los desafíos y oportunidades actuales.

En términos prácticos, esto significa que un líder debe visualizar un futuro no solo deseado, sino también realista y alcanzable. El MIT enfatiza que una visión efectiva debe ser capaz de inspirar a los equipos, movilizando sus esfuerzos hacia metas comunes que sean reconocidas como relevantes y significativas por todos los miembros de la organización.

La importancia de comprender el entorno y las variables de macroentorno

La comprensión del entorno es un componente esencial para la creación de una visión efectiva. Las organizaciones operan en un contexto que está constantemente cambiando, por lo que mantenerse actualizado es fundamental. Las variables del macroentorno, como las tendencias económicas, los cambios tecnológicos, los movimientos sociopolíticos y los avances culturales, pueden tener un impacto significativo en la manera en que se debe formular y comunicar la visión.

El entorno no solo debe ser monitoreado de manera pasiva, sino que los líderes deben ser proactivos en su comprensión. Esto implica observar y analizar estos factores de forma constante y ajustar la visión cuando sea necesario para asegurar que la organización permanezca alineada con las realidades externas. En este sentido, la visión se convierte en una herramienta dinámica, capaz de adaptarse a los cambios, pero manteniendo siempre un rumbo claro hacia el futuro deseado.

Stephen R. Covey destaca que, «La clave no es predecir el futuro, sino crear el futuro». Esta declaración subraya la importancia de la capacidad de los líderes para anticiparse y, en cierto sentido, crear las circunstancias que alinearán al equipo con la visión a largo plazo. Esto no significa actuar de manera impulsiva ante los cambios del entorno, sino tomar decisiones estratégicas que, con el tiempo, permitan a la organización crear las condiciones para alcanzar la visión.

Comunicar y energizar a través de la visión

Una vez que la visión ha sido creada, es fundamental comunicarla de manera efectiva para asegurarse de que todos los miembros de la organización comprendan y compartan el propósito y los objetivos definidos. En este sentido, el Modelo de las Cuatro Capacidades del MIT agrega otro componente crucial: energizar.

El energizar implica la capacidad del líder para inspirar y movilizar a los individuos hacia las metas organizacionales. Esto se logra no solo a través de la comunicación verbal, sino también mediante símbolos, historias y acciones que respalden la visión. Los líderes deben ser los primeros en demostrar entusiasmo y compromiso con la visión, ya que su actitud y comportamiento se reflejan en todos los niveles de la organización y la transformación ocurre en la convivencia con otros.

Como destaca el MIT, para que la visión sea verdaderamente efectiva, debe ser acompañada por acciones que den testimonio de su importancia. La creación de una cultura organizacional que respalde la visión requiere que los líderes no solo hablen de ella, sino que también la vivan en cada una de sus interacciones y decisiones diarias.

Enraizar la visión en la cultura organizacional

El paso final en la construcción de una visión efectiva es enraizarla en la cultura organizacional. Esto implica asegurarse de que la visión no sea un concepto aislado o pasajero, sino un principio que guíe todas las decisiones y acciones de la organización. En este sentido, la visión debe ser vista como parte integral del ADN de la organización, de modo que cada acción diaria de los miembros esté alineada con los valores y objetivos a largo plazo.

La reflexión constante sobre cómo las actividades diarias contribuyen a la visión es un componente esencial para garantizar que la visión no sea solo un discurso, sino una realidad viva dentro de la organización.

Stephen R. Covey también menciona que «La verdadera transformación ocurre cuando las personas sienten que están contribuyendo a algo más grande que ellas mismas». Esta conexión con un propósito más grande es lo que hace que las decisiones estratégicas y las actividades diarias sean coherentes y estén alineadas con la visión.

Estudios y enfoques relacionados con esta primera capacidad de liderazgo: VISIÓN
1. La importancia de la visión en la toma de decisiones estratégicas
En un estudio realizado por el MIT Sloan Management Review, se destaca que los líderes que crean y comunican una visión clara pueden guiar a sus equipos a través de tiempos inciertos. El estudio reveló que las empresas con una visión bien definida tienden a ser más ágiles y tienen una capacidad superior para responder a cambios inesperados en el entorno. Las organizaciones con una visión clara logran mantener el enfoque en el largo plazo, mientras que las que carecen de una dirección definida suelen sucumbir a las demandas del corto plazo.

2. Estudio sobre el liderazgo transformacional y la visión
Según un análisis realizado por el MIT Leadership Center, el liderazgo transformacional, que pone énfasis en inspirar y motivar a los empleados a través de una visión compartida, tiene un impacto significativo en el rendimiento organizacional. Los estudios mostraron que cuando los líderes comunican una visión inspiradora que conecta con los valores fundamentales de la organización, los equipos se sienten más comprometidos, lo que incrementa tanto su productividad como su innovación. Este tipo de liderazgo no solo establece una dirección clara, sino que también crea una cultura organizacional fuerte basada en un propósito común.

3. La visión y la adaptabilidad organizacional
Un estudio del MIT Center for Digital Business profundizó en cómo las organizaciones adaptativas construyen su visión a través de un entendimiento continuo del entorno y las tendencias emergentes. Se argumenta que las organizaciones que no solo desarrollan una visión estratégica, sino que también son capaces de ajustarla de manera flexible en respuesta a los cambios del entorno, son más propensas a sobresalir en el largo plazo. Las compañías más exitosas no solo comunican un futuro ideal, sino que constantemente actualizan esa visión para reflejar las realidades externas del mercado, lo que les permite navegar en tiempos de incertidumbre y volatilidad.

4. Conexión entre visión y valores fundamentales
En un estudio reciente sobre el MIT Management Innovation Lab, se analizó cómo los líderes efectivamente integran los valores organizacionales dentro de la visión. Los resultados mostraron que las empresas que alinean su visión con los valores fundamentales tienen más éxito en la creación de una cultura coherente y resiliente. Esta alineación asegura que todos los miembros del equipo no solo entiendan hacia dónde van, sino también por qué lo hacen, lo que incrementa el sentido de pertenencia y propósito entre los empleados.

Propuesta de CCTL Group

CCTL Group se posiciona como el aliado estratégico ideal para convertir tu visión en realidad a través de decisiones estratégicas clave. Contamos con un enfoque integral que no solo ayuda a definir y comunicar una visión clara, sino que también guía a tu organización en la toma de decisiones alineadas con ese futuro ideal. Nuestra experiencia en consultoría, planificación estratégica y team building te permitirá implementar un modelo de liderazgo que impulse a tu equipo hacia metas comunes, asegurando que cada paso esté alineado con el propósito y los valores organizacionales. Con CCTL Group, tu visión no solo será un concepto, sino un motor que impulse a tu equipo a avanzar con claridad y propósito hacia el futuro.

La visión no solo es un componente esencial de la estrategia organizacional, sino que también es un motor que impulsa las decisiones estratégicas a largo plazo. Los líderes que comprenden el entorno, integran la visión con el propósito y comunican eficazmente esa visión son capaces de energizar a sus equipos y enraizar la visión en la cultura de la organización. Así, la visión se convierte no solo en una declaración de intenciones, sino en una herramienta poderosa para guiar a la organización hacia el futuro.

Al comprender y aplicar los principios de la visión estratégica, basados en modelos como el del MIT y en los principios de liderazgo de Stephen R. Covey, los líderes pueden tomar decisiones más informadas, alineadas y efectivas. Este enfoque no solo mejora los resultados a corto plazo, sino que también asegura que la organización esté bien posicionada para enfrentar los desafíos del futuro y, en última instancia, alcanzar su propósito más grande.

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