Liderazgo

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Fortaleciendo la sostenibilidad organizacional a través de la conciencia de sí mismo

Escrito por Lorena Retamal

noviembre 14, 2024

Speaker Internacional & Formadora & Coach Senior & Consultora & Docente Postgrado

Founder & Director Center for Cultural Transformation and Leadership

Para que una organización sea verdaderamente sostenible a largo plazo, es esencial que los individuos dentro de ella, desde los líderes hasta los colaboradores, desarrollen una fuerte conciencia de sí mismos. Esta conciencia es la base para construir un carácter sólido, que permita a las personas adaptarse, acelerar los procesos de transformación ejecutiva y cultural,   y así contribuir a la aceleración de los procesos de adaptación.

El carácter se forja a través de la consciencia de sí mismos, la capacidad de comprender nuestras emociones, pensamientos y comportamientos, y cómo estos impactan en el entorno y en las relaciones con los demás. Al cultivar esta habilidad, las personas no solo se vuelven más efectivas en sus roles, sino que también crean un ambiente organizacional donde la adaptación y el aprendizaje continuo son posibles. Esta forma de liderazgo consciente, fundamentada en el autoconocimiento, fomenta la creación de una cultura organizacional resiliente y capaz de adaptarse a los constantes cambios del entorno.

En este artículo, profundizaremos en cómo la consciencia de sí mismos y el carácter forjan una base sólida para la sostenibilidad organizacional. Exploraremos desde la biología del conocimiento, cómo nuestras interacciones y estados internos influyen en el sistema organizacional, hasta el enfoque del coaching ejecutivo sistémico, que apoya el desarrollo del liderazgo consciente.

Heráclito fue uno de los primeros en hacer referencia al carácter como una fuerza que determina el destino de una persona. Su frase célebre, «el carácter es el destino» (ἦθος ἀνθρώπῳ δαίμων en griego antiguo), sugiere que el carácter interno de una persona moldea sus acciones y, en última instancia, su vida. Un simbolismo que Heráclito usa es el del río, que representa la naturaleza cambiante de la realidad: «Nadie se baña dos veces en el mismo río». En esta metáfora, la naturaleza del río cambia continuamente, al igual que la vida humana. Si uno piensa en el «carácter» como una embarcación navegando en el río de la existencia, es el carácter de una persona el que determina cómo enfrentará las aguas (las circunstancias de la vida), ya sea con resistencia, adaptabilidad o flexibilidad.

La visión de Heráclito sobre el carácter como el destino personal puede ser profundamente relevante para el desarrollo de la sostenibilidad organizacional, sobre todo cuando consideramos el papel de la consciencia de sí mismos en este proceso. La filosofía de Heráclito, que destaca la adaptabilidad al cambio y la importancia de nuestro carácter, ofrece una base para entender cómo el autoconocimiento individual y colectivo pueden sostener y fortalecer a las organizaciones en el tiempo.

“El carácter resulta del conjunto de las características biológicas fundamentales basadas en los sustratos anatómico-fisiológicos de la constitución individual y de las características que se desarrollan bajo la influencia del ambiente y de especiales experiencias individuales” – Ernest Kretschmer, importante investigador alemán sobre la constitución del carácter.

CONECTANDO CON LA CONSCIENCIA DE SÍ MISMO

Entre todas las escuelas, una de las que más aceptación tienen en la actualidad es la escuela caracterológica de Groninga, entre cuyos miembros podemos encontrar a Renne Le Senne, Gastón Berger, André le Gall, y Heymans, entre otros. Su trabajo en conjunto aporta una concepción del carácter según la cual este cuenta con tres factores constitutivos: emotividad, actividad y resonancia.

  1. Emotividad: La emotividad se define comúnmente como el “estado de conmoción psicosomática que experimentan ciertos individuos ante sucesos que, objetivamente, tienen una relevancia intrínseca». Este rasgo permite distinguir entre personas emotivas y no emotivas, según el modo en que sus sentimientos se ven involucrados (o no) frente a un estímulo. Esta característica se puede observar a través de comportamientos como cambios de humor, expresividad, compasión, fervor, entre otros.
  2. Actividad: La actividad presenta dos aspectos. Por un lado, abarca la necesidad de actuar en respuesta a impulsos innatos (como comer, dormir, etc.); por otro, se refiere al impulso de superar cualquier obstáculo que se interponga en el camino del sujeto. El grado de satisfacción de estas necesidades influye considerablemente en nuestro carácter.
  3. Resonancia: La resonancia se refiere a la duración de la impresión que un evento nos deja y el tiempo que necesitamos para recuperar la normalidad después de este. Según este criterio, los individuos se dividen en primarios (quienes son impulsivos, cambiantes, y se recuperan o reconcilian rápidamente) y secundarios (quienes tienden a estar afectados por largo tiempo, tienen dificultades para olvidar o perdonar, y mantienen rencores).

Además de estos factores principales, Le Senne sugiere otras características adicionales como el egocentrismo, la inteligencia analítica y el alocentrismo. La interacción de estos factores secundarios con los primarios y el entorno configura la personalidad única de cada individuo.

¿POR QUÉ LOS HÁBITOS INFLUYEN EN EL CARÁCTER?

Los hábitos son fundamentales en la formación del carácter de un individuo, ya que representan el conjunto de acciones repetidas que moldean y consolidan los rasgos, valores y reacciones que definen quiénes somos.

  1. Consistencia y repetición: Los hábitos son acciones repetitivas que se integran en nuestra rutina. Esta repetición, al ser constante y prácticamente automática, refuerza ciertos comportamientos y creencias, consolidando nuestros valores y principios. Por ejemplo, una persona que practica la honestidad como hábito construye un carácter que valora la integridad.
  2. Moldean nuestras reacciones y decisiones: A lo largo del tiempo, los hábitos moldean nuestra manera de reaccionar ante situaciones. Al cultivar los hábitos como la aceptación, reflexión y la perseverancia  desarrollamos un carácter fuerte y resiliente. Estos hábitos generan una base estable desde la cual respondemos ante el cambio, la adversidad o el éxito.
  3. Forman una identidad coherente: Los hábitos influyen en cómo nos percibimos a nosotros mismos y en cómo nos ven los demás. Aquellas conductas que repetimos y que están alineadas con nuestros valores se integran a nuestra identidad, definiendo nuestra autenticidad y la manera en que interactuamos con el mundo. En esencia, los hábitos nos permiten construir una identidad sólida y coherente, ya que transforman nuestras aspiraciones en rasgos duraderos de nuestra personalidad.
  4. Refuerzan la voluntad y el autocontrol: Los hábitos son herramientas que fortalecen la autodisciplina, uno de los pilares del carácter. Al practicar hábitos como la puntualidad, el trabajo constante o el autocuidado, mejoramos nuestra capacidad para cumplir con compromisos y resistir la gratificación instantánea, lo cual es crucial para una personalidad resiliente y responsable.
  5. Preparan para el cambio y el crecimiento: Los hábitos que promovemos en nosotros mismos son una especie de «entrenamiento» para la adaptación y el crecimiento. Aquellos hábitos que fomentan el aprendizaje continuo, la autocomprensión o el optimismo facilitan que respondamos al cambio y a las dificultades con una mente abierta y resiliente, contribuyendo a un carácter adaptable y en constante evolución.

La CONSCIENCIA DE SÍ MISMO es la habilidad de observarnos y reconocer nuestras emociones, pensamientos y comportamientos, y comprender cómo estos impactan en nosotros y  nuestro entorno. Esta capacidad, además de fortalecer el carácter individual, nos permite adaptarnos mejor a los desafíos y promover una cultura organizacional resiliente. Un líder consciente inspira a su equipo con autenticidad y ética, y esto genera una estructura organizacional adaptable y fuerte. Esta habilidad es esencial en el liderazgo y es una piedra angular en el coaching ejecutivo sistémico.

Cuando un líder cultiva su consciencia de sí mismo, no solo mejora su capacidad para tomar decisiones acertadas, sino que también se convierte en un agente para la conservación de la cultura que les permite la sostenibilidad organizacional, fomentando una cultura de transparencia y responsabilidad. Esta cultura, a su vez, fomenta un entorno donde los colaboradores son conscientes de sus propias acciones y su impacto en los objetivos organizacionales, generando una estructura colectiva resiliente, adaptable y sostenible.

BIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO: UN ENFOQUE PROFUNDO PARA COMPRENDER LA CONSCIENCIA DE SÍ MISMOS

Desde la perspectiva de la biología del conocimiento, desarrollada por Humberto Maturana y Francisco Varela, todo conocimiento surge de nuestras experiencias y de las interacciones que mantenemos con nuestro entorno. La organización, como sistema vivo, no es solo un espacio físico y funcional, sino un ente compuesto por personas con redes de interacciones y significados compartidos. Así, la organización se ve impactada por los estados internos de sus miembros: el conocimiento, las emociones y los valores individuales moldean, en conjunto, la realidad organizacional.

La biología del conocimiento nos propone que, para cambiar efectivamente una organización y hacerla sostenible, es vital transformar primero la «biología de las relaciones» en su interior. Esto implica fomentar la consciencia de sí mismos individual para lograr un conocimiento compartido más robusto, en el que los miembros sean más conscientes de su participación en el sistema y de cómo sus decisiones y comportamientos afectan al todo. Desde esta perspectiva, el desarrollo de la consciencia de sí mismos es un cambio «sistémico»: lo que cambia en uno, impacta al conjunto.

COACHING EJECUTIVO SISTÉMICO: LA CONSCIENCIA DE SÍ MISMOS COMO EJE PARA EL LIDERAZGO SOSTENIBLE

El coaching ejecutivo sistémico trabaja desde esta visión integrada, apoyando a líderes en la exploración de su propia consciencia de sí mismos y en el desarrollo de habilidades de liderazgo para la sostenibilidad. Un líder consciente es aquel que puede discernir sus motivaciones, entender sus fortalezas y limitaciones, y reconocer cómo sus acciones impactan tanto a las personas como al propósito de la organización.

Las prácticas de coaching centradas en la consciencia de sí mismos promueven la reflexión continua, la gestión emocional y la toma de decisiones basadas en valores. Esta forma de liderazgo consciente fomenta una cultura organizacional en la que se valoran las relaciones, el respeto por el medio ambiente y el compromiso con el desarrollo humano. Además, ayuda a reducir la rotación de personal y a generar un ambiente de trabajo en el que las personas encuentran propósito y sentido, promoviendo la retención del talento y una estructura más resiliente.

LA TRANSFORMACIÓN CULTURAL HACIA LA SOSTENIBILIDAD

El compromiso hacia una organización sostenible no solo recae en la estrategia o en la implementación de iniciativas ecológicas; implica una transformación cultural. Esto significa que todos los miembros deben ser partícipes de una visión compartida y un sentido de propósito común. Para que esto suceda, los líderes deben actuar como catalizadores de este cambio, fomentando un entorno donde el aprendizaje, la colaboración y la conciencia colectiva se promuevan activamente.

La consciencia de sí mismos contribuye a esta transformación cultural de varias maneras:

PRÁCTICAS PARA FOMENTAR LA CONSCIENCIA DE SÍ MISMOS EN LAS ORGANIZACIONES

Desarrollar la consciencia de sí mismos en una organización es un proceso continuo y multifacético. Algunas prácticas útiles incluyen:

  1. Coaching ejecutivo sistémico: Trabajar con coaches profesionales para ayudar a los líderes a explorar sus emociones, creencias y patrones de comportamiento, promoviendo un liderazgo consciente.
  2. Mindfulness y prácticas de reflexión: Fomentar la meditación y la reflexión diaria permite a los líderes y colaboradores conectarse con su propio estado interno, mejorando la consciencia de sí mismos y el autocontrol.
  3. Programas de desarrollo personal y formación: Brindar capacitación en inteligencia emocional, comunicación asertiva y técnicas de feedback constructivo refuerza las competencias necesarias para la consciencia de sí mismos y la sostenibilidad.
  4. Evaluaciones de clima organizacional y cultura: Realizar evaluaciones periódicas de clima organizacional permite detectar áreas de mejora y fomenta un diálogo abierto sobre los valores y comportamientos que promueven la sostenibilidad.
  5. Espacios de reflexión compartida: Crear espacios donde los colaboradores puedan compartir sus experiencias, preocupaciones y aprendizajes permite construir una visión compartida que refuerza la cultura de sostenibilidad.

La sostenibilidad organizacional es un desafío que va más allá de los esfuerzos convencionales en términos de prácticas ambientales o responsabilidad social corporativa; requiere un cambio cultural profundo y genuino. En este contexto, la consciencia de sí mismos se presenta como un recurso estratégico invaluable que, desde la biología del conocimiento y el coaching sistémico, no solo transforma a los líderes y colaboradores, sino también el ADN de la organización misma. Cuando cada miembro de una organización es consciente de su papel en el ecosistema organizacional y en el entorno, se construye una estructura que, además de adaptarse y prosperar, es capaz de sostenerse y evolucionar en armonía con su entorno.

A través del cultivo de la consciencia de sí mismos, las organizaciones fortalecen su capacidad para enfrentar los retos actuales y se preparan para ser agentes de cambio en un mundo que cada día demanda más compromiso con la sostenibilidad y el bienestar global.

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CCTL Group es el aliado estratégico ideal para elevar la consciencia de sí mismos, brindando herramientas y enfoques profundos para desarrollar un liderazgo consciente y sostenible. A través de sus servicios de coaching ejecutivo y desarrollo organizacional, CCTL Group se enfoca en explorar, fortalecer la consciencia de sí mismos y acelerar los procesos de aprendizaje, facilitando que cada líder y miembro del equipo pueda identificar sus patrones de comportamiento, emociones y motivaciones internas. Con este enfoque integral, el equipo y los líderes impulsan el crecimiento personal, fortalecen el carácter y la adaptabilidad, permitiendo que las decisiones estén alineadas con valores profundos y una visión estratégica de largo plazo. CCTL Group realiza un acompañamiento especializado y estratégico para construir una organización con una base sólida en el autoconocimiento, lo que resulta en equipos resilientes y en un entorno de trabajo en armonía con los objetivos colectivos.

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